viernes, 21 de diciembre de 2012

Book Exchange II

A principios de año escribí sobre mis lecuras del año 2011, durante el gran viaje gran. El post surgió a partir de que no había comprado ninguno de los libros que leí ese año, sino que los fui intercambiando en hostales, con otros viajeros, a partir de un libro todo piñufla que saqué de mi casa antes de partir.

Debo decir que el 2011 sigue siendo mi año más prolífico en cuanto a la lectura por gusto, pero el 2012 tampoco estuvo tan malo. A continuación, al igual que la vez anterior haré una pequeña revisión de lo leído, el orden es cronológico y no refleja ningun tipo de ranking ni nada por el estilo.


Escribo los libros leídos en la última página de mi agenda para no olvidarlos. 


1. La Modista de la Reina (Catherine Guennec): Este libro se lo regalé yo a mi abuela, y creo que afortunadamente ella lo disfrutó más que yo. No es un mal libro, pero no es una joya.

2. Ensayo sobre la Ceguera (José Saramago): Definitivamente uno de los mejores libros del año, me lo prestó mi amiga la Fea, y creo que eventualmente se lo voy a comprar al Pirata en inglés para que lo lea.

3. The Importance of being Earnest (Oscar Wilde): Lo saqué de la casa de mi amiga Nacha, me gusta Wilde en general, y ojalá tenga la oportunidad de ver esta obra en escena pronto.

4. Perico Trepa por Chile (Marcela Paz y Alicia Morel): Creo que esta fue la centésima vez que me leo este libro. Siempre lo leo cuando he andado mucho fuera, me recuerda cosas lindas de Chile. Fue uno de los pocos libros que me traje a Inglaterra.

5. Bodas de Sangre (Federico García Lorca): Clásico.

6. La Casa de Bernarda Alba (Federico García Lorca): Otro Clásico que además me recuerda cuando una vez intentamos ponerlo en escena fallidamente en teatro en el colegio. Isis, nuestra profe, era súper buena y un amor, pero siempre me molestó que no nos pasara las obras completas, sino pequeños trozos a medida que ensayabamos, no me gustaba porque no me podía imaginar qué seguía.

7. Monsieur Pain (Roberto Bolaño): Lo saqué de la biblioteca de Headington, el barrio de Oxford donde vivo, por eso lo leí en inglés. Pero bien, quizás algún día lo vuelva a leer en el idioma original.

8. El Péndulo de Foucault (Umberto Eco): Me lo trajo la Nacha cuando vino para mi matrimonio. Debo confesar que no entendí nada hasta que llegué a la página 250. Pero soy muy (quizás demasiado) persistente, y nunca dejo de leer un libro a medias. Después de pasar un cierto nivel de confusión el libro me agarró y no pude soltarlo, al final mi amiga la Fea tenía razón.

9. Varios Cuentos (Franz Kafka): Mis papás me regalaron un Kindle para mi cumpleaños, que en realidad ha sido más que útil, porque me permite encontrar libros en español y así recrear mi cabeza (aunque no tengo problemas con el idioma, a veces me agota que todo esté en inglés, la tele, la radio, la pega). Y ese libro estaba gratis. La verdad, me decepcionó un poco.

10. Cuentos de Amor, Locura y Muerte (Horacio Quiroga): En Chile tenía este libro, y creo que lo llevé muchas veces de vacaciones con la idea de leerlo, pero nunca llegué a abrirlo. Me gustó bastante, los cuentos tienen temáticas bien distintas, pero todos escritos con un tono febril.

11. La Dama de las Camelias (Alejandro Dumas): Nunca lo había leído, pero siempe pensé que sería el tipo de libro que me gustaría, tipo Madame Bovary. Y no me equivoqué.

12. Bonsái (Alejandro Zambra): Había tanto revuelo sobre este libro y la película, que quise leerlo. Pero la verdad es que no me gustó tanto, me pareció una historia super Santiago-céntrica, lo que para muchos puede no ser algo necesariamente negativo, pero al final me recordó muchas cosas que no me gustan de Santiago, o que no me gustaban de mi cuando recién me mudé a Santiago. De todos modos no es un mal libro, es sólo algo personal.

13. Una mujer sin importancia (Oscar Wilde): Otra buena obra, me gusta como escribe Wilde.

14. El tren pasa primero (Elena Poniatowska): Cuando descubrí que en la biblioteca central de Oxford hay una pequeña selección de libros en español, decidí sacar este, para intercalar un poco el uso del Kindle con el formato de papel. Me gusta cómo Elena Poniatowska se interesa y retrata los movimientos civiles, pero en particular el protagonista de este libro me molestaba un poco, su trabajo era admirable, creo que no tengo esa conexión con el concepto de "lucha".

Ahora partí leyendo un libro de Luisa Valenzuela, la gran relevación del año pasado. El libro se llama "Mañana", llevo sólo 1/3 de lectura, pero me gusta. Me gustaría tener un poco más de tiempo para leermelo de una, pero esta semana ha sido un poco caótica, así que quizás post-navidad lo logro terminar. Después voy a leer "Los Detectives Salvajes" de Bolaño, que me trajo mi amigo René. Aún no lo leo porque no me he dado el tiempo, pero viene después de Valenzuela sin falta. El próximo año les cuento sobre esos libros.

Espero que les haya gustado mi revisión personal, espero que no tomen muy en serio mis comentarios de los libros cuando quieran leer alguno, la verdad es que son opiniones muy personales, y para nada expertas. Si tienen un momento, me gustaría saber si han encontrado algo interesante entre sus lecturas este año, a ver si me entusiasmo con algo nuevo.

jueves, 22 de noviembre de 2012

La Danza

Hace tiempo que no escribo, pero no por falta de temas, sino por mera flojera. Tengo varias cosas interesantes que podría contar, la mudanza, la vida de casada, mi nuevo "trabajo"; sin embargo voy a partir por el tema más exótico de todos: danza árabe.

A principios de año tuve una de esas rachas de mala suerte que te dejan en el piso. La verdad es que estaba viviendo una vida muy tranquila y sin embargo, una tras otras las malas noticias llegaban y me hacían perder la fe en la humanidad (por así decirlo). Y aunque no me considero una persona depresiva ni mucho menos, llegué a un estado en que prefería no ver a nadie, porque siempre me preguntaban sobre los malos episodios y ya ni siquiera quería recordarlos.

Empecé a notar que casi no salía de mi casa, y que en realidad no tenía motivaciones para hacerlo. En eso se me ocurrió empezar algo nuevo y me puse a buscar clases de baile. Partí buscando clases de flamenco, pero ningún horario me gustaba, y terminé finalmente empezando clases de danza árabe. Fue muy extraño, porque aunque siempre me han gustado las artes escénicas, siempre pensé que me interesaría más por tomar clases de actuación que de danza.

Cuando lo pienso aún me río, porque en realidad es algo súper random que hacer si es que nunca has demostrado ningún interes. Mi relación con lo árabe se remonta a una parte de mi familia cuyo origen es palestino y a mi amor por la comida árabe, pero nunca hubiese pensado en interesarme en la danza del vientre.



Y así empecé a tomar clases con una muy buena profesora en Chile, hasta tuvimos suficiente tiempo para preparar una pequeña presentación. Hoy tomo clases aquí en Oxford, y además soy miembro del comité del lugar donde estoy tomando clases (principalmente coopero con publicidad y eso me da derecho a un cierto descuento).

Hay muchas cosas bellas sobre este tipo de danza, por ejemplo los trajes, que aunque nos parezcan un poco too much al principio después uno se interesa por el detalle y la elegancia entre todo el ruido de las monedas y los brillos. La música es definitivamente bella, aunque no entienda ni una palabra de lo que se dice. Y además me empiezo a interesar por la cultura de medio oriente, y en la historia de esta danza, en especial por la época dorada de las películas antiguas en las que aparecían estas bailarinas, como Samia Gamal (en las fotos, particulamente una de mis profesoras de Oxford es fanática de esta época, así que indudablemente me he influenciado mucho por ella).


Otra de las cosas que he encontrado muy interesantes sobre este tipo de danza, versus otros, es que la fijación por el cuerpo no cumple con el estándar clásico de la bailarina delgada, sino más bien se juzga por el control que se tiene de él, la posibilidad de aislamiento de los movimientos, y principalmente la gracia, independiente de la talla.

Por ahora seguiré bailando y aprendiendo mucho. A fin de mes tenemos un hafla que significa celebración, donde me presentaré junto a mis compañeras con una pequeña coreografía muy simple, deséenme que me rompa una pierna!

martes, 18 de septiembre de 2012

Fotos de Barcelona (de Instagram)

Con el Pirata nos casamos (yupi!) y para celebrarlo nos fuimos de luna de miel a Barcelona. Se puede escribir mucho de esta ciudad, pero voy a hacer mi regreso a las canchas bloggeras cautelosamente y dejar que las fotos hagan todo el trabajo.

P.d. Gracias a mi amiga Silvana por incentivarme a volver a escribir.


Pirata y yo <3



















lunes, 2 de abril de 2012

Book Exchange


Desde el final de nuestro viaje que he querido escribir sobre esto. Al principio del viaje, nunca pensé que se convertiría en algo importante, pero al final de la travesía puse mirar atrás y ver como el intercambio de libros hizo que toda la experiencia fuese más enriquecedora.

Salimos de Chile en Enero del año pasado y a último minuto decidí agarrar un libro que por años había estado sentado en mi librero y que por fin iba a poder descartar de la lista de libros por leer. Se trataba de "Boquitas Pintadas" de Manuel Puig, un librazo. Desde ahí ese libro se convirtió en el catalizador de lo que sería una seguidilla de lecturas que culminaría en México.


Siempre me ha gustado la idea de que los objetos se desplacen, creo que de a poco me he ido inclinando más por la idea de que las cosas no están hechas para apegarse a nosotros sino que pueden tener una historio (o un viaje) por si mismas, más allá de lo que el dueño original tenga en mente. Hoy no podría decir con ciencia cierta dónde están los libros que leí ni que otras personas han podido disfrutar de ellos. ¿A qué voy con todo esto? A los famosos book exchanges o intercambios de libros de los hostales.

Gracias al libro menospreciado que saqué de mi casa pude tener acceso (casi) gratuito a 29 libros el año pasado, lo más interesante es que todos ellos fueron escritos por autores latinoamericanos. Me costó mucho encontrar libros escritos por latinos en algunos momentos, por lo que los títulos eran aceptados por mi criterio ya fuesen escritos en español o en inglés. En muchas oportunidades no pude ser muy selectiva, más bien tenía que optar por lo que hubiese que cumpliera con lo que buscaba, más allá de su trama, género o incluso calidad material. Lo positivo de esto es que me llevó a encontrar libros que jamás en la vida hubiese leído y autores nuevos, además de ponerme al día con viejos clásicos. También pude leer sobre temas que jamás hubiese pensado que podrían ser interesantes. La gran ganadora de todo esto fue Isabel Allende, aunque nunca me llamaron la atención sus libros y sigo pensando que sus obras de ficción no llegarían nunca a adornar mi librero, encontré un respeto nuevo por sus narraciones semi-autobiográficas, a veces era como escuchar a mi propia madre.

A continuación les presento la lista de lo leído (aunque no cronológicamente), a algunos les voy a dar una pequeña descripción para ver si alguien se anima a leerlos eventualmente.

Boquitas Pintadas (Manuel Puig) Buenísimo, un retrato que sigue fiel al arribismo, clasismo y aspiraciones sociales latinoamericanas.


El amor en los tiempos del cólera (Gabriel García Marquez) Un clásico que nunca había podido leer, y menos mal que lo hice. No vean la película, es ridículamente mala.

Como agua para chocolate (Laura Esquivel) No pude evitar recordar con este libro la clase de Castellano del colegio en que Rubén (el profesor) le preguntó a una compañera con pánico escénico por qué el libro se llamaba así, no voy a dar nombres, pero estoy segura que esa persona lo recuerda como uno de los momentos más traumáticos de la media.

Cajas de Cartón (Francisco Jiménez) Historias autobiográficas de un niño mexicano inmigrando junto a su familia a Estados Unidos, sensibiliza la migración.

Los perros hambrientos (Ciro Alegría) Ciro Alegría fue uno de los grandes decubrimientos de este viaje, hoy leo cualquier cosa que caiga en mis manos de este autor peruano.

Juvenilia (Miguel Cané) Mi primo de Buenos Aires creyó que dejar que los libros viajarán era una buena idea y dejó que este se lanzara a la jungla latinoamericana.

Violeta subió a los cielos (Angel Parra) El libro que inspiró la película famosa del año pasado. Lamentablemente aún no veo la película, aunque escuché que Angel Parra no estaba tan contento con el resultado.

Mi país inventado (Isabel Allende) Ad-hoc para viajes largos.

Hija de la Fortuna (Isabel Allende) 


El beso de la mujer araña (Manuel Puig) Uno de los libros que más disfruté en el viaje, definitivamente queda en la lista permanente de libros favoritos.

La tienda de los milagros (Jorge Amado) Otro muy buen libro, especialmente recomendado a mis amigos cientistas sociales.

Cuentos Latinoamericanos (Varios autores)

Pantaleón y las visitadoras (Mario Vargas Llosa) Antes de Nobel.

El diario del Che en Bolivia (Ernesto Guevara) Partí leyéndolo con mucho entusiasmo hasta que me di cuenta que no había un tema que podría interesarme menos que el funcionamiento de un guerrilla.

Coronación (José Donoso) Una vez me saqué un 7 en un ensayo sobre este libro, pero nunca lo había leído. La verdad no tengo idea qué escribí en ese ensayo.

La bruja (Germán Castro Caycedo) El libro más bizarro que he leído jamás, trata sobre drogas, carteles, magia negra y política en Colombia.

Por donde se sube al cielo (Manuel Gutiérrez Najero) 


Pobre Negro (Rómulo Gallegos) Clásico venezolano, intercambiado por un amigo venezolano.

Limón Blues (Annacristina Rossi) No me gustó mucho, pero fue entretenido aprender un poco sobre como fue el siglo XX en Centro América.

Llamadas telefónicas (Roberto Bolaño) Algunos de los mejores cuentos que he leído.

City of the Beasts (Isabel Allende)


María (Jorge Isaacs) Romance, romance, romance.

La suma de los días (Isabel Allende)


Adiós Muchachos (Daniel Chavarría)


Música de Cámara (Reinaldo Montero) Explícito.

Holy lust (Marta Rojas) Creo que es uno de los peores libros con los que me topé el año pasado.

Elsimore: Un Cuaderno (Salvador Elizondo) La versión mexicana de Juvenilia.

Cambio de Armas (Luisa Valenzuela) La gran revelación del viaje, lejos el mejor libro del año pasado.

Macho! (Victor Villaseñor) Otra mirada de la inmigración, una mirada con más testosterona.