martes, 19 de octubre de 2010

Vivir con gato(s)

La polola del compañero de casa del Pirata se mudó con nosotros la semana pasada y con ella, su gato y sus 4 hamsters rusos. La casa no es pequeña, pero con los muebles extra y los animales se siente un poco más apretada. Pero, como muchos saben, yo he vivido en muchas casas, con mucha gente y con distintos grados de comodidad y por lo general sobrevivo sin problemas. Además, la polola es mucho más sociable que el mismo compañero de casa y eso siempre es un plus conmigo.

El asunto es que nunca me había encontrado viviendo con gatos y con gente de gatos. Los gatos son bastante tranquilos, aunque Logan (el gato nuevo) tiene prohibido salir, por lo que siempre hay que tener las ventanas cerradas y las puertas también. Pero no me puedo quejar, he empezado a querer a estos felinos (aunque jamás tendría uno, yo me quedo con mis perros).



Lo que me llama la atención de toda esta situación es que ahora la casa es una "casa de gatos". En todas las habitaciones (excluyendo la nuestra, pero incluyendo la cocina, el baño, la entrada, etc.) hay cosas de gato. Ya sea una caja de arena, comida, juguetes o cepillos, hay cosas de gato por todos lados. Y hay que tener cuidado con las cosas personales también. No puedo dejar el tejido donde no pueda verlo, ni vasos con agua, ni platos cerca del borde de la mesa. Es como vivir con dos infantes! Creo que si esta fuese mi casa e invitara a gente, me daría mucha mucha vergüenza que alguien viera todas las cosas que tengo para mis gatos en todos lados. Realmente me da un poco de vergüenza ajena, por eso intento no poner atención a las nuevas adquisiciones de la casa. Yo adoro a mis perros, pero no creo que en mi casa se note tanto nuestra obseción (espero).

jueves, 14 de octubre de 2010

PESTBUDA!

El Pirata me regaló para mi cumpleaños un fin de semana en Budapest, y fuimos el fin se semana pasado. Quería escribir un post sobre el fin se semana, pero como no puedo pensar en qué es lo que me llamó más la atención de la ciudad, porque en su totalidad me pareció fantástica, decidí escribir una lista de los datos más "curiosos" sobre Budapest.

1.- Al saludarse la gente se besa dos veces.

2.- En otoño es difícil (muy difícil) ver niños sin gorro, realmente creo que vimos 2 niños sin gorro durante todo el fin de semana.

3.- Nadie va a ver los partidos de fútbol, ni siquiera de su selección, pero el snack fútbolero favorito son las semillas de maravilla y pretzels dulces gigantes.

4.- Los inspectores que revisan los tickets en transporte público a veces andan de incógnito y son súper rudos. Si no me creen vean la película "Kontroll" (donde actúa el tipo del video Karma Police de Radiohead).

5.- Los teclados húngaros no funcionan con "QWERTY", sino más bien "QWERTZ", ya que la "Y" y la "Z están intercambiadas. También el "0" va antes que el "1", en vez de estar después del "9".

6.- El grito para alentar a la selección de fútbol va un poco así: "Ria - Ria - Hunga - Ria".

7.- Calle se dice "utca" en húngaro.

8.- Dato un poco más conocido, pero el Danubio separa la ciudad en las partes Pest y Buda.

9.- Los húngaros tienen un tipo de alcohol que se llama Palinka (35 - 40 grados de alcohol), y tiene un sabor similar al Pisco, pero más frutal y se toma solo. A mí me gustó, al Pirata no tanto.

10.- El Monumento a la Libertad es una mujer alzando los brazos. Esta solía sostener una estrella en la era comunista de Hungría, hoy sostiene una hoja de olivo.

11.- El metro de Budapest tiene las escaleras mecánicas más largas que haya visto.






Bueno, esos son las cosas que puedo recordar por el momento.


martes, 5 de octubre de 2010

Sobre llorar...

Hace algunos años me hubiese reído si alguien me hubiese dicho que iba a llorar con un comercial de la tele. Pero desde hace algún tiempo que me he encontrado en situaciones donde las lágrimas simplemente brotan de mis ojos como un manantial. No es que haya pasado por experiencias terribles, si no que simplemente he encontrado cierto placer en llorar por cosas que no son tan importantes. De hecho, creo que soy lo más feliz que puedo ser en estos momentos, y aún así nunca había llorado tanto.


Durante la gran depresión del 2007-08 (el momento más oscuro en mi vida personal) lloré bastante, pero no era un mar de lágrimas irracionales como lo soy hoy. Mi depresión se manifestó de otras formas menos glamorosas, como faltas a la higiene personal y escapadas nocturnas con un toque etíticos bastantes exagerados en algún bar porteño de mala muerte. Pero yo creo que fue en ese período que encontré que llorar no era algo malo, sino más bien, algo sano. La primera vez que lloré con una película fue cuando vi "Mi primer beso", a los 10 ó 12 años, sola en mi pieza. Es inevitable llorar cuando matan a mi pobre angelito con abejas - terrible. Pero desde entonces no recuerdo haber llorado con otra película hasta ya haber terminado el colegio, probablemente el 2007. Esos tiempos fueron bastante malos, pero no hay nada que un buen viaje a Australia no pueda curar.



Mi mejor amiga, la Fea, siempre fue una llorona. Siempre ha llorado con libros, películas, etc., y esto siempre me confundió un poco, porque una de las cualidades que siempre he admirado de ella es que es una persona muy fuerte, por lo que llorar era algo que me extrañaba ver en ella. Nunca he entendido por qué tiene esa facilidad de empatizar tanto con un personaje ficticio, pero ahora que yo también he llegado a ese punto (más o menos) creo que no me parece tan raro, y ha pasado a ser otra de sus caraterísticas admirables.



Bueno, la Fea puede llorar en casi cualquier lugar mientras que esté viendo una película triste, yo no. No puedo llorar si alguien me está viendo, mientras vemos algo en la tele. Pero si estoy sola me encanta llorar, sí, me encanta . Lloro con pelis, con canciones, con series, y hasta con comerciales, pero solo si estoy sola.  Así siento que puedo exagerar todo lo que quiera y cantar en la ducha como si el mundo se fuera a acabar "All by myself" de Eric Carmen a todo pulmón. Doy gracias a Dios porque no tengo razones reales para llorar, pero me parece una buena terapia inducir una catársis de proporciones de vez en cuando.



Igual a ratos le hecho la culpa a la hormonas, pero ¿quién no?