domingo, 6 de noviembre de 2011

Vamos a las luchas, oh, oh, oh, oh, oh!

(El título debe ser leído con el ritmo de "Vamos a la playa, oh, oh, oh, oh, oh!")

El viernes pasado fuimos a la lucha libre, aquí en la Ciudad de México y la verdad es que no puedo dejar esta experiencia fuera del blog. Al principio íbamos a ir con un tour, porque pensamos que sería más entretenido ir en patota. Pero al final el tour se fue y no los alcanzamos. Finalmente, conversando con gente del hostal, nos unimos a un grupo que iba con una persona de Couchsurfing. 

Este es el tipo de lucha del que hablo. 


Al principio todo fue caos, porque nadie sabía a donde íbamos ni con quién nos íbamos a juntar (y los que actuaban como que sabían más al final eran los más perdidos de todos). Pero cuando nos encontramos con Alberto (el chico de Couchsurfing) todo se aclaró. Nos juntamos unas 20 personas, en su mayoría extranjeros y partimos a las luchas.

Con el tour uno paga como 300 pesos (11.000 pesos chilenos) para que te lleven, te tomes algo en una cantina y te sienten en asientos caros. Nosotros pagamos 3 pesos mexicanos por el metro y 35 por la entrada (que no eran las mejores, pero se veía bien, y uno podía reírse a gusto sin molestar a nadie), bueno, más unos 100 pesos por una cantidad de cerveza exuberante. No había por dónde perderse.

La lucha en sí es un espectáculo de acrobacias y coreografías que imitan los de la lucha de verdad, y los mezcla con dramatizaciones más que exageradas, disfraces que bordan lo kitsch y parafernalias varias. Definitivamente hay que tomárselo con ligereza, algo de humor y un par de cervezas.  Hubo gente en nuestro grupo que realmente pensaban que iban a ver una competencia, y no un show, cuando vieron las coreografías (que por cierto no dejan de ser impresionantes), creyeron que habían descubierto Ámerica diciendo: "¿Pero tú de verdad piensas que están peleando?", mientras los mexicanos los miraban sin comprender si estaban haciendo una broma o si hablaban en serio. Con el Pirata no podíamos atinar a nada más que reírnos y disfrutar el show.

Y las acrobacias eran un poco como esto. 

Para mi, esta es una de las cosas que hay que hacer cuando se visita el D.F. mexicano, no solamente porque es un show chistoso, si no porque además es muy distinto a otros eventos en Latinoamérica. Además, el dramatismo, y, aunque suene como que le busco la quinta pata al gato, el simbolismo detrás de los personajes refleja ámbitos de la cultura local que son difíciles de ver a primera vista como turistas. Por ejemplo, las peleas son de dos equipos, siempre unos representan a los buenos y los otros a los malos. Los buenos muchas veces tienen nombres que reflejan la cultura azteca, o valores relacionados con el esfuerzo, siempre son la figura del "underdog", en cambio los malos, son personajes que han ganado su dinero o su fuerza a través de la explotación del otro, el jefe de los malos tiene esa actitud hasta con los de su propio grupo. Detalles así son entretenidos de ver, aunque sea nublados por la cerveza.

Lamentablemente en este post no tengo fotos propias, porque no dejaban llevar cámaras, desconozco los motivos, por eso saqué un par de internet como ilustración.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

El mítico Estadio Azteca, México D.F.

Con el Pirata siempre intentamos ir al fútbol en los países que recorremos , la verdad es que ha sido una buena forma de conocer otra faceta de la cultura de los lugares en que hemos estado. Hasta la fecha, de los 20 países de Latinoamérica que hemos recorrido hemos ido al fútbol en 11 de ellos, y siempre ha valido la pena (como experiencia, no necesariamente por la calidad futbolística). Por supuesto que México, con su mítico Estadio Azteca no podía ser la excepción.

Desde que el Pirata se enteró de que justo íbamos a estar en la ciudad para el "clásico de clásicos", Chivas de Guadalajara versus Club América, no hubo un día sin que se pusiera a investigar sobre los boletos. Gracias a Dios, no fue tan complicado como en otros lugares (como Brasil, donde la información sobre cuándo y dónde venden las entradas a ratos es media confusa, o Argentina, donde la sobre-demanda hace que conseguir boletos sea todo un parto), sólo bastó con meternos a internet y recoger nuestras entradas en cualquier lugar de Ticketmaster.

El Pirata con cara de depresión entrando al Estadio Azteca.

Pero aunque uno no sea tan fanático del fútbol como el Pirata a mi me parece que ir a un partido en el Azteca debería estar entre una de las actividades obligadas para quienes visitan México D.F., no sólo porque es el estadio de fútbol más grande de Latinoamérica y tercero en el mundo(efectivamente tiene una capacidad mayor que el Maracaná, en Brasil), si no porque además ha sido escenario de grandes sucesos históricos para la historia de este deporte. Es el único estadio en que se han jugado dos finales de mundial (México' 70 y México '86), y sólo ahora en el siguiente mundial el Maracaná podrá jactarse de lo mismo.

Aquí mismo, en el año 1986, se jugó el famoso partido entre las selecciones de Inglaterra y Argentina, cuando Armando Maradona metió su controversial y alabado gol de "la Mano de Dios". Pero Maradona no es el único en haber hecho historia aquí, Pelé se consagró como uno de los mejores jugadores de la historia (si no el mejor) en este estadio en el año '70.

Queda claro lo interesante que es este lugar, la verdad es que para nosotros poder visitarlo en un partido tan importante fue una buena forma de empezar a cerrar este increíble viaje. Lamentablemente, nosotros ibamos por los menos populares Águilas (Club Ámerica), pero Chivas se impusieron 3-1 por sobre los locales.

El Pirata saca una foto como esta en cada estadio que visita. Empezó con pies en los estadios de Inglaterra, y ha continuado su tradición con cualquier tipo de comida/bebida que pueda encontrar en los estadios. 

¡Ah! Y como dato anecdótico, nos encontramos con otra persona que reclama lo mismo que yo: "No soy un PINCHE GRINGO!" Lo encontré chistosísimo!